martes, 19 de marzo de 2013

El Lenguaje de los nuevos medios de Comunicación. Capítulo 2.


TITULO: El Lenguaje de los nuevos medios de Comunicación. Capítulo 2.
FICHA BIBLIOGRAFICA:
Manovich, Lev. (2005). El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. La imagen en la era digital. Paidós, Barcelona
Lev Manovich es artista, teórico y crítico especialista en nuevos medios. Ha publicado más de treinta artículos que han sido traducidos a diversos idiomas y publicados en dieciocho países. En sus textos, Manovich sitúa a los nuevos medios dentro de un contexto más amplio de la cultura visual moderna, relacionándolos con la historia del arte y del cine.
Manovich nació en Moscú, en donde estudió bellas artes y arquitectura. Llegó a Nueva York en 1981 y empezó a trabajar la animación digital en 1984 en Digital Effects, una de las primeras compañías comerciales dedicadas a la producción de animación en tercera dimensión para televisión y cine. Manovich obtuvo una maestría en psicología experimental en la Universidad de Nueva York (1988) y un doctorado en estudios visuales y culturales en la Universidad de Rochester (1993). Es profesor adjunto en el Departamento de Artes Visuales de la Universidad de California en San Diego en donde imparte clases teóricas y prácticas en torno a nuevos medios. Actualmente está trabajando sobre un libro titulado The Language of New Media para la editorial MIT Press.
CAPITULO 2 LA INTERFAZ
TEMA: El autor analiza la interfaz, para ello utiliza la semiótica, lo epistemológico e ideológico.
TESIS: La base de datos como forma cultural emergente, la interfaz influye el modo en que el usuario piensa los objetos mediáticos a los que accede.
ARGUMENTO: La interfaz forma los modos en que el usuario imagina la computadora. Lejos de ser una ventana transparente a los datos que alberga el ordenador, la interfaz nos llega con sus propios y activos mensajes; y lo importante es entender que el lenguaje de las interfaces culturales se encuentra en su fase inicial, tal como estaba el cine hace cien años.

El autor plantea que la interfaz actúa como un código que transporta mensajes culturales a través de una variedad de medios: como el Internet (en donde podemos encontrar música, video, texto y más);  a partir de la utilización que nosotros le demos. Un código puede suministrar su propio modelo de mundo, su sistema lógico e ideológico, y los mensajes culturales o los lenguajes que se creen después en ese código se verán limitados por ese modelo, sistema o ideología que lo acompaña. Es por eso que la interfaz tiene la capacidad de modelar el pensamiento mediático del usuario.
Nosotros al realizar un producto multimedia, como proyecto final, tendríamos que ser capaces de trasmitir códigos que trasporten mensajes culturales y en donde niños con Síndrome de Down puedan hacer uso de diferentes medios que ayuden a su aprendizaje y en donde la información les ayude a ser independientes.
Entonces, como nos dice el autor, por Internet, la computadora pasó de ser una herramienta para producir contenido cultural, a ser pensada como la máquina universal de medios; usada para crear, guardar, distribuir y acceder a todos los medios. Es posible hablar entonces de interfaces culturales al hablar de las formas como las computadoras presentan y permiten al usuario interactuar con datos culturales.
Esto hace que la interfaz desempeñe un papel crucial en la sociedad de la información, hoy el usuario genera negocios en la web y al mismo tiempo la usa como un medio para su entretenimiento y ocio. La teoría que plantea Manovich es que el lenguaje de las interfaces culturales está compuesto en gran parte de elementos de otras formas culturales ya familiares.
Por eso Manovich habla de “interactividad” cuando hace referencia a las acciones que se llevan a cabo entre el hombre y el ordenador: la interfaz hombre-ordenador, la cual le permite al usuario el control del ordenador en tiempo real manipulando la información que se muestra en la pantalla. Esta interfaz incluye tanto equipos físicos de entrada y salida de datos como el monitor, el teclado y el mouse; dichas interfaces están constituidas a base de metáforas para conceptuar los datos en un ordenador, un ejemplo, es la metáfora de archivos y carpetas dispuestas en escritorio; y también incluye la  manera de manipular los datos, acciones propias con las que el usuario puede trabajar en ellas.
Gracias a esto definir como interfaz: una “zona” donde se llevan a cabo todas las acciones que relacionan a la persona con el ordenador. En la actualidad la cultura, está siendo filtrada por una computadora, lo que genera un cambio importante en las formas de acceder e interpretarla.
Esto nos lleva a hablar de la dicotomía de contenido (contenido-forma), la cual puede ser reinterpretada en los nuevos medios como contenido-interfaz; donde el contenido debe existir antes de su expresión material, sólo así se pude lograr construir un interfaz que en realidad facilite el proceso comunicativo; sin embargo, la idea de que el contenido preexiste a la interfaz es retada por los “artworks” de los nuevos medios.
El poder generar datos abre nuevos horizontes para los nuevos medios, lo que lleva a la aparición de confusos comportamientos globales, que resultan impredecibles y sólo pueden darse de acuerdo a las interacciones que se llevan a cabo dentro de un sistema.
El contenido de un “artwork” se da como resultado de la colaboración entre el artista/programador y el programa del computador, o el trabajo interactivo del artista, el programa del ordenador y el usuario. Es entonces, cuando podemos entender que si existe la participación del usuario, las relaciones que se presenten tienen que estar necesariamente influidas por la cultura, y esto a su vez, crea una evolución de las interfaces hombre-ordenador, entendidas como las interfaces hombre-ordenadora-cultura, las cuales Manovich llama interfaces culturales.
Es así como las interfaces hombre-ordenador se convierten en tradiciones culturales, pero también existen otras dos de suma importancia que son el cine y los impresos, diferentes formas de grabar la memoria y la experiencia humana, y que son mecanismos para el intercambio social y cultural de información.
Las interfaces hombre-ordenador representan un lenguaje cultural que ofrece sus propias formas de representar la memoria y la experiencia humana, éste lenguaje habla en forma de objetos separados organizados en jerarquías (sistemas de archivos organizados jerárquicamente), como catálogos (bases de datos), o como objetos unidos a través de hipervínculos (hipermedia).
Pero entre las interfaces, los impresos son también una importante tradición cultural, porque han estado presente a través de la mayoría de la evolución humana y porque su principal componente es el texto, que es único entre otros tipos de medios porque juega un papel significativo en la cultura del ordenador (conforma los textos y es un metalenguaje de los medios del ordenador: un código mediante el cual todos los medios pueden ser representados). Entonces si el ordenador usa el texto como su metalenguaje, las interfaces culturales heredan los principios de organización de texto; desarrollada por la civilización humana a través de su existencia.
Por otro lado se encuentra el cine, cuya intención es presentar más información en el tiempo basado en secuencias de imagen audiovisual en movimiento en vez de texto. Las formas cinematográficas de ver el mundo, de estructurar el tiempo, de narrar una historia, de conectar una experiencia con otra, se han ido convirtiendo en las maneras básicas de los usuarios del ordenador para acceder e interactuar con los datos y contenidos culturales. Es por eso que se puede encontrar la importancia y los efectos que tiene la pantalla del ordenador en el desarrollo de la interacción, la pantalla es vista y asumida por el usuario como una ventana a un mundo del cual sólo toma una reducida porción para relacionarse con determinados datos culturales.
Así, reunidos en el ordenador, la interfaz de usuario, el cine y la palabra impresa tiene para Manovich más en común de lo que estamos dispuestos a aceptar cuando sólo intentamos ver lo nuevo. La palabra impresa como metalenguaje y la forma cinematográfica como estrategia de acceso y de percepción se ha convertido en el modo de trabajar y de vivir de millones de personas en la era digital, donde en realidad la cámara no se mueve.
Después de esto puedo concluir que es importante que para nuestro trabajos finales, como comunicadores podamos crear realmente una interfaz entre hombre-ordenador-cultura,  en donde el usuario encuentre información ordenada y de importancia; y que a su vez  pueda jerarquizarla y ser utilizada en sus actividades,  y en donde como finalidad estemos articulando mensajes culturales.
Luis Arturo Aldape Zavala

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